masonería
  • Tiempo de lectura:6Minutos

Efesios 6:12 “porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.”

     He considerado que antes de entrar en la constitución propia de la FEREDE y del papel que tiene reservado en España, junto con las federaciones de las otras religiones que tienen suscritos acuerdos con el Estado, es necesario hacer, aunque sea de pasada, algunas precisiones, porque si no será muy difícil entender la razón de ser de ciertos episodios que nos está tocando vivir, así como el papel reservado para algunas instituciones que nos son muy próximas.

     Quiero aclarar para los lectores de mi anterior artículo que para el PSOE el asunto religioso tiene una importancia mucho más ideológica que política, en cuanto a los beneficios y servicios que su “política religiosa” le puede rendir en determinados momentos para alcanzar ó mantener el poder como partido. Como tal, ganar elecciones y detentar el poder es básico a corto plazo, mientras que los proyectos ideológicos se plantean a más largo plazo. De ahí que los recursos materiales que ha dispuesto para este objetivo son bastante magros en cantidad y en calidad, en comparación, por ejemplo, con los dedicados a otros segmentos que si son vitales para sus objetivos inmediatos de poder, como son sindicatos, medios de comunicación, enseñanza y universidad, magistratura, cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, cine y cultura, asociaciones de victimas del terrorismo, etc.

     Sin embargo ideológicamente es una apuesta irrenunciable que está relacionada con su vieja aspiración de transformación social, que en lo religioso propone una religión universal, bajo su control por supuesto, que se formaría mediante la eliminación de las aristas que enfrentan a las distintas religiones, de modo puedan compartir unos sus principios básicos comunes. Por otra parte está la llamada vía del “laicismo”, en cuanto al papel del Estado y en sus relaciones con las diversas religiones, cuyas bases podemos encontrar en la constitución de inspiración francmasónica de 1931. Un compendio de las proclamas de los revolucionarios franceses del siglo XVIII, que podríamos llamar la desatada pasión anticlerical de la francmasonería.

     Y en este camino cuentan, en nuestros días, como en 1931, con influencia en todos los partidos del espectro nacional. Es decir, que los cambios que ellos proponen y no el partido de la oposición, en caso de llegar estos al poder, los mantendrán, pero de ninguna manera se producirá una supresión de “esas conquistas”, que se llamaría combativamente involución. Y esto se verá en asuntos tales como el aborto, el divorcio exprés, la eutanasia, los matrimonios homosexuales, la enseñanza, etc. En términos de la historia sagrada podríamos decir que como en los tiempos de los profetas había reyes que promovían la idolatría y construían altares y templos a los ídolos, como Jeroboán ó Roboán, también hubo otros reyes que no se mostraban partidarios de la idolatría ó incluso la reprobaban a título personal, como Asa, Joas, Azarías, Jotan, etc. sin embargo en sus gobiernos tampoco se destruían aquellos centros idólatras que los otros habían construido y donde el pueblo seguía contaminándose y pervirtiéndose.

     La masonería se ha estado infiltrando organizaciones cristianas desde el siglo XVIII, para manejarlas desde adentro. Si sus primeros y más fáciles objetivos fueron las iglesias protestantes oficiales: anglicana, luterana y calvinista, en el siglo XIX estuvieron presentes en la formación de importantes sectas que surgieron en el contexto denominacional evangélico como el adventismo, los testigos de Jehová, los mormones, la ciencia cristiana y otras de menor entidad. La masonería tanto en su versión religiosa, como en la laico-materialista, comparte ideológicamente un componente escatológico milenarista que se refleja tanto en las sectas religiosas como en los filósofos materialistas que han dado origen en los siglos XIX y XX al socialismo, comunismo y nazismo. Todos ellos apuntan de forma común a un próximo devenir histórico de corte apocalíptico, en el que se establecerá un nuevo orden mundial que sustituirá a la actual configuración de la sociedad humana.

     Con todo en la historia decimonónica de la masonería cabe diferenciar: la de asentamiento británico de la francmasonería. En la primera se permitía que sus miembros militasen en cualquier religión, de hecho esta condición era favorable para sus intereses, mientras que la segunda destaca por su énfasis materialista, laicista y particularmente anticristiano. Algunos de los éxitos de la masonería anglosajona durante los siglos XIX y XX, que tienen que ver con el mundo religioso protestante, han sido, además del nacimiento y asentamiento de las sectas que he mencionado antes, conseguir que las Sociedades Bíblicas hayan abandonado el Textus Receptus como fuente para sus traducciones, aceptando de forma generalizada los corruptos manuscritos alejandrinos gnósticos, y otro conseguir que las universidades y la mayoría de los seminarios hayan asumido la llamada crítica textual para devaluar la autoridad de las Sagradas Escrituras. También la constitución y dominio de la superestructura del autoproclamado Consejo Mundial de Iglesias, y el control de algunas de las ramas cristianas, como las iglesias protestantes oficiales y otros movimientos evangélicos históricos.

      Así que no fue casualidad que cuando se inicia en España la llamada Segunda Reforma con la revolución septembrina de 1868, los comités misioneros de las organizaciones anglicana, luterana y calvinista estuvieran interesados en llevar a sus países (Inglaterra, Alemania y Suiza) a un buen número de españoles nuevos conversos, con el propósito de prepararlos para constituir y pastorear las nuevas congregaciones protestantes. Allí no solo estudiarían teología liberal y lenguas clásicas, sino que regresarían militando en la obediencia masónica, para que a la par establecieran lazos con las logias que se iban a desarrollar en España en los siguientes años, como así sucedió.

     La investigación de este asunto nos permite afirmar que un gran número, probablemente la mayoría, de los pastores pertenecientes a la IERE y a la IEE desde finales del siglo XIX hasta la guerra civil fueron masones. Muchos están perfectamente identificados como tales con su grado así como el nombre de las logias a las que pertenecieron. Afortunadamente para la causa del evangelio esta circunstancia, sin embargo, no se daba ni en las AAHH ni en las iglesias bautistas, los otros movimientos evangélicos que empezaron a operar en España simultáneamente.

     La iglesia católica, es históricamente el blanco preferente de las iras masónicas, en cuanto que es una estructura de poder con enorme influencia social, política y económica en muchas naciones, y a la que aspiran a controlar y luego suceder. Como tal, ha sido siempre un objetivo masón infiltrar a elementos de obediencia en los altos cargos de las estructuras vaticanas. Después del concilio Vaticano II esta estrategia consiguió un notable éxito, aunque el escándalo de la logia P2 y el Banco Ambrosiano, y denuncias como las publicadas en libros como “El Vaticano contra Dios”, provocaron una pérdida de su influencia por la destitución de los sospechosos de masonería de los principales órganos de decisión, principalmente durante el mandato de Juan Pablo II.

      Dentro de la estrategia de la guerra fría, el marxismo soviético había promovido y controlado el llamado movimiento de la Teología de la Liberación, principalmente en América Latina, y en los países occidentales los llamados “movimientos eclesiales de base”, que operaban dentro de las parroquias, apoyados por personas vinculadas a la masonería. Para los intereses masónicos esto era bueno pues conformaba una pinza. Por un lado, estaba la penetración de sus miembros en la jerarquía católica, y consiguiendo orientar a los movimientos de base; por la otra, el éxito estaba prácticamente garantizado. La impensable caída súbita de la URSS desnortó al movimiento marxista, pero los papeles de estos fueron rápidamente asumidos por la masonería, aunque la reacción vaticana ha impedido también que estos movimientos de base hayan conseguido asentar una influencia real en la mayoría de los casos. Así que la Iglesia Católica se ha resistido en los últimos años al desarrollo de la hoja de ruta prevista, por lo que se ha convertido en todo el mundo, y de forma especial en España, en la bestia negra y blanco de las iras de los socialistas y la izquierda, donde campa a sus anchas la francmasonería. De hecho, la Internacional Socialista que aglutina a nivel mundial a los principales partidos socialistas de mundo está promovida y controlada por la francmasonería, desde su creación.

Glosario de Términos empleados:

     AAHH = Asambleas de Hermanos.

     FEREDE = Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España.

     IEE = Iglesia Evangélica Española.

     IERE = Iglesia Española Reformada Episcopal.

     PSOE = Partido Socialista Obrero Español.

     P2 = Logia Masónica Italiana llamada Propaganda Due.

     URSS = Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

     Notas.- Quiero corregir un dato erróneo que se me deslizó en el artículo anterior. En el último párrafo indicaba que las diferentes familias del Islam, antes de la política religiosa del PSOE, estaban integradas en la UCIDE, cuando quise decir en la AME, pues la UCIDE fue constituida ya en 1989 al abrigo de los propósitos del partido socialista.

     Para el que quiera profundizar algo más sobre las raíces masónicas de la Constitución de 1931, leer el libro Los Masones de Cesar Vidal, y en Enigmas de la Historia, el artículo del mismo autor titulado ¿Fue de inspiración masónica la constitución de la segunda república?

Loading

Related Post

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *