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Incalificable articulo publicado el 26 de Diciembre de 2007 en el Diario El Mundo, y la respuesta en cartas al Director enviada por Pablo Blanco

     «Los cursos importados de EEUU para «curar la homosexualidad» se ponen de moda en España»

     El presidente del Consejo Evangélico de Galicia da seminarios sobre «cómo criar hijos heterosexuales»

     OLGA R. SANMARTIN. Enviada especial

     ZARAGOZA.- «Los padres pueden intervenir para quitar la homosexualidad». Con esta afirmación tan rotunda, el educador Marcos Zapata, director de varios centros de menores avalados por la Xunta de Galicia, comienza uno de sus cursos que tienen por título Cómo criar hijos heterosexuales. Estamos en la Iglesia Evangélica Bautista de Zaragoza, ante un auditorio de unas 50 personas (algunas se han llevado a sus niños pequeños) que toman notas obedientemente y levantan la mano para hacer preguntas como ésta:

     – ¿Puede uno salir de la homosexualidad y tener una vida completamente normal?

     – Sí. Hay que tener una firme voluntad. Pero cuando uno prescinde de determinadas compañías, deja de consumir pornografía y de visitar bares y saunas, la curación es posible en el 67% de los casos.

     La Unión de Mujeres Evangélicas en España (cuyo lema es, por cierto, «Unidas para amar y servir»), en colaboración con el Consejo Evangélico de Aragón, ha invitado a Zapata para que imparta las jornadas. Este pastor de Lugo, presidente del Consejo Evangélico de Galicia, se dedica a dar conferencias similares por toda España. Es padre de dos varones de cuatro y ocho años con los que, confiesa orgulloso, ve «el Pressing Catch». Su fuente de inspiración es Aquilino Polaino, «ese eminente psiquiatra español», y su lema: «Abraza a tu hijo todo lo que puedas porque, si no lo haces, otro hombre lo hará».

     A pesar de que la Organización Mundial de la Salud dejó bien claro hace 17 años que la homosexualidad no es un enfermedad, Zapata se refiere a ella como «una desorientación», «una deformación» o «una cosa común que no encaja en el diseño natural», y la compara con el alcoholismo o con el cáncer. «Las relaciones homosexuales son de un alto grado de promiscuidad terrible, de aberraciones y de degradación personal espeluznante», manifiesta en el curso. Algunos de los asistentes exclaman: «Amén».

     Seminarios como éste se están poniendo de moda en nuestro país. Asociaciones vinculadas a determinadas iglesias que prometen fórmulas mágicas para curar la homosexualidad o enseñan a los padres recetas para que los hijos «les salgan» heterosexuales se están implantando en España. Muchas de ellas lo hacen a través de internet. En algunas de estas web se pueden leer frases tan poco científicas como ésta: «El estilo de vida homosexual reduce más años de vida que fumar».

     La mayoría de estas asociaciones está vinculada al protestantismo (aunque también hay católicas) y capta a sus seguidores entre la población inmigrante de Latinoamérica. Según fuentes de la Iglesia Evangélica, el 90% de las comunidades protestantes afincadas en España -que tienen un millón y medio de seguidores- son ultraconservadoras y han importado un modelo procedente del sur de EEUU radicalmente homófobo y obsesionado con «acabar con el lobby gay». En América ya funcionan asociaciones como Homosexuales Anónimos. También hay iglesias que aceptan a los homosexuales y que incluso los cuentan entre sus pastores, pero ésas no han llegado a España.

     El resto se basa en la «teoría reparativa», un «tipo particular de psicoterapia que se aplica a los individuos que quieren superar su atracción homosexual». Pero, ¿acaso uno puede cambiar de identidad sexual? Zapata considera que sí. Y que los padres desempeñan un papel fundamental.

     Este periódico contactó con Zapata, que se negó a hacer declaraciones «por miedo a los ataques de los gays». Se limitó a admitir que trabaja «con la identidad de los niños» y da «charlas en escuelas de padres».

     En su curso de Zaragoza explicó que, cuando confluyen ciertos factores durante la infancia de un niño, «hay un 75% de posibilidades de que sea homosexual». El principal es «la falta de apego emocional con el padre del mismo sexo»; es decir, si el padre está ausente, la madre es posesiva o los roles no están claros, aumenta el «riesgo». Si encima hay abusos sexuales o el niño es «sensible», ya tenemos el «problema».

     «La vacuna contra la homosexualidad es un papá», afirma Zapata. Y habla de seis etapas en el desarrollo del niño (desde los 18 meses hasta los 18 años) en la que el padre puede intervenir. Un ejemplo práctico de cómo hacerlo: «A mis hijos les gusta jugar a las cocinitas, así que lo que yo hago es enseñarles roles masculinos: en vez de cocinitas tenemos un bar. Y yo sé que van a ser unos hombres, como su papá».

     Con perlas como «cuanto más guapo es un niño, más tendencia de los padres a consentirle actitudes de niña», Zapata se queda con todo el auditorio. Pregunta:

     – ¿Qué se espera si a un niño sensible le llaman «niña» en el colegio?

     Los asistentes responden con unanimidad:

     – Que responda con un puñetazo.

     Pues ya saben.

     LAS WEB

     Es posible el cambio. Esta web católica está vinculada al grupo Juan Pablo II, que pide «desenmascarar la aniquilación psicológico-afectivo-sexual de los niños a través del instrumento del lobby gay». En el foro participan españoles. Ofrece una terapia on-line para «sanar las heridas de la tendencia homosexual».

     Zapatos Nuevos. Llaman a orar «por los muchos quebrantados sexuales» y hay abundantes testimonios del estilo de «de un club gay a Jesús». Trabajan en Venezuela y en España.

     Cristianos en Recuperación. Página en español de una asociación para la «Recuperación de la Atracción al Mismo Sexo».

     Curso de 60 días para curar «la adicción a la pornografía y al pecado sexual».

     Apostolado católico para la atención de homosexuales.

     «Se puede ser gay y cristiano»

     Luis M. dirigió el primer ministerio protestante en nuestro país que «restaura» la identidad sexual. Hasta que se aceptó a sí mismo.

     OLGA R. SANMARTIN. Enviada especial

     MADRID.- Exodus Internacional es una organización protestante afincada en EEUU que tiene como objetivo «restaurar» a los homosexuales. Luis M. fue el encargado de abrir, en 1999, el primer ministerio de ex gays de España. «Mi misión era decirle a la gente que había otra forma de vivir y que cambiar era posible». Su trabajo consistía en formar, apoyado por distintas organizaciones evangélicas, a pastores y asociaciones de padres sobre «cómo curar la homosexualidad». Dos años después, decidió romper con todo eso y empezar a quererse y aceptarse tal cual era.

     «Yo siempre he sido gay y por ese motivo me hicieron la vida imposible en el colegio. No quería defraudar a mi entorno. Todo el mundo me forzaba para que tuviera una novia. Me decían que, para que Dios realmente me aceptara, debía cambiar, y me lo creí. Me hicieron ver que Cristo podía sanarme y que todo era reparable. Yo me dedicaba a repetir este mensaje. Ahora me doy cuenta de que fui un estafador», relata a EL MUNDO con la voz quebrada.

     El método de «curación» tiene varias fases. La primera es la contención: Luis estuvo 12 años sin tener relaciones sexuales. «Mi cambio pasaba por no tener sexo, pero en mi interior estaba intacto». La segunda es tratar de aparentar lo que uno no es. «Intenté quitarme la pluma. Me fijaba todo el rato en cómo hablaba y en todos los gestos que hacía para que no se notara que era gay». La tercera es dejar el ambiente y abandonar a los amigos. Rezar es indispensable y «hay que rendir cuentas a un mentor con el que se tienen charlas periódicas». También se celebran sesiones de confesión colectiva. Para los casos más extremos, existen centros residenciales sometidos a una fuerte vigilancia donde los chicos se internan («y pasa de todo»).

     «Te dicen que, si cambias, la sociedad te va a aceptar. En realidad, es una secta donde torturan a la persona. Comparan la homosexualidad con el crimen, la mentira y la avaricia. Se aprovechan de la debilidad y del amor sincero que uno tiene hacia Dios. Juegan con tus valores». El primer misionero de Exodus Internacional en España conoció a chicos que se suicidaron porque no podían aguantar el abismo entre la realidad y el deseo. Y a otros que se casaron y fueron infelices toda la vida.

     «Empecé a notar que algo no iba bien cuando vi que muchos líderes a los que idealizaba caían y tenían una doble vida. Estaban casados, pero mantenían contactos anónimos con chicos. Un día exploté y tuve una caída sexual». Luis M. decidió exponer lo que pensaba, pero se negó a hacer terapia. Le retiraron todos los apoyos y le dijeron que era «un traidor». Se intentó suicidar. Tocó fondo.

     Hoy está fuera de todo eso, menos mal. «Sigo con fe. Me he dado cuenta de que Dios me ama tal cual soy, y que se puede ser gay y cristiano».

DIARIO EL MUNDO
At. D. Pedro J. Ramirez
MADRID

     Sr. Director:

     Estoy seguro que si usted ha leído el artículo que publicaba ayer su periódico titulado «Cursos para curar la homosexualidad», concordará conmigo en que responde al mejor estilo del diario Gara. Es decir, buscar un pretexto para poner una diana sobre la cabeza de alguien y sentarse a esperar que algún desaprensivo recoja el guante.

     Además de indocumentado, es tremendamente tendencioso, para etiquetar de ultraconservadores y homófobos a los protestantes españoles, y de paso poner una diana sobre una persona a la que describe con nombre, apellidos, profesión, lugar de residencia y ocupación. Claro que para conseguir redondear su objetivo trae en su ayuda a un falso gay cristiano, probablemente inexistente, ya que de este no aporta los mismos datos identificativos que del otro. Aunque tal vez la periodista lo haga para protegerlo de quienes nos distinguimos por el empleo de la violencia.

     Sr. Director, usted que es mucho más leído, seguro que sabe que las características que definen a un verdadero cristiano las determinó Jesucristo y no la extrema derecha americana. Él dijo: «Si permaneciereis en mis enseñanzas seréis verdaderamente mis discípulos» (Juan 8:31). Los que no permanecen en ellas, por tanto, no lo son de verdad, sino falsos. ¿Y que dijo Jesús sobre el asunto de los géneros? Pues fue muy claro: Enseñó que Dios solo hizo «varón» y «hembra», no gays. Y que la unión que determinó y bendijo es la de un hombre y una mujer (Marcos 10:6-9). Así que cualquier cristiano de verdad es lo que acepta y cree. Esto no tiene que ver con el ultraconservadorismo americano ni con las milongas de la periodista. Es una enseñanza de Jesús clara y meridiana.

     Pero, en boca del falso cristiano gay, aprovecha para presentar a las personas responsables de ministerios que tratan de la recuperación de homosexuales como hipócritas, individuos mentirosos y de doble vida, que solo producen insatisfechos y conducen a tocar fondo ó incluso al suicidio a los que se someten a sus programas.

     Y remata como argumento final con una frase que cae muy bien a cualquier persona que quiere permanecer en su condición sea esta la que sea: «Dios me ama tal cual soy, y que se puede ser gay y cristiano». De hecho se la puede adjudicar cualquiera. Cambie la palabra «gay» de la frase y sustitúyala por las siguientes: pederasta, terrorista, ladrón, violador, maltratador y verá como vale para justificar cualquier conducta. Pero resulta que es justamente lo contrario al mensaje cristiano que llama a todos a arrepentirse. Y es así porque justamente Dios no nos quiere tal como somos, sino que envió a su Hijo, lo que celebramos en estos días de forma especial, para recuperarnos y transformarnos a la imagen de Jesucristo (Romanos 8:29).

     Señor Director, yo respeto como persona, ciudadano, contribuyente, etc. a todos los homosexuales que quieren serlo y no me meto para nada con su forma de vivir. Solo es cuando los colectivos homosexuales y sus entornos mediáticos han venido a meterse en la nuestra para atacar nuestras convicciones profundas y las de nuestros hijos, que entonces ejercemos la consiguiente apología. También damos respuesta a aquellas personas que acuden a nosotros en demanda de ayuda, y la prestamos con nuestro mejor corazón y saber, tanto en este campo como en cualquier otro de la vida física ó espiritual.

     Finalmente, para un cristiano el hecho de que algo sea legal no lo convierte en moral. Ley que vale igualmente para la naturaleza. El BOE no traerá la menstruación, la menopausia, ni el sentimiento materno a Jorge Javier. Por mucho que se empeñen, el ano no es un órgano sexual, como tampoco lo es el orificio de una oreja ó de la nariz. A pesar de los esfuerzos investigativos, el gay no nace así, ni hay gen que lo produzca, ni se han encontrado cerebros femeninos en los cuerpos masculinos de los homosexuales. El desear ser algo no lo convierte en realidad. Ahí están los más de 3000 americanos que quieren tener un cuerpo de saurio, porque no están contentos con el que tienen, y se someten a decenas de operaciones de estética. ¿Son realmente lagartos porque ya tienen su lengua partida en dos? Tampoco ser Napoleón, Hitler, Elvis ó Marilyn Monroe se alcanza por vestirse como ellos, peinarse, ó incluso conseguir una estética a su semejanza y afirmarlo por doquier.

     Señor Director, en España «los protestantes» ya hemos sufrido todo tipo de persecuciones y hemos sobrevivido. También sobreviviremos a las campañas tendenciosas del periódico que usted dirige. Por cierto, ¿algún día nos dedicará una página en otro sentido?

     Atentamente

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