«¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan cosas vanas? Se levantarán los reyes de la tierra, y sus príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido diciendo: Rompamos sus ligaduras, y echemos de nosostros sus cuerdas». (Salmos 2:1-3)
Ciertamente esto sucedió en el s. I cuando Herodes, Poncio Pilato, los gentiles y los judíos se unieron en Jerusalén para crucificar a Jesús, tal y como relataron Pedro y Juan (Hechos 4:27-28). Sin embargo, ese movimiento no acabó ahí. Hoy día podemos ver que las gentes siguen juntándose en contra de Cristo, del cristianismo y de los cristianos, echando sus mandamientos, principios y valores de sus vidas y de sus sociedades. Acosando la fe de los creyentes en los paises occidentalizados y persiguiendo hasta la muerte y masacrándolos en los países de oriente medio, África y sudeste Asiático.
Pero todavía hay esperanza para el mundo en Cristo: Haced justicia, amad la misericordia y humillaos delante de Dios. (Miqueas 6:8)
«Ahora pues, oh reyes, sed prudentes; admitid amonestación, jueces de la tierra. Servid a Jehová con temor y alegraos con temblor. Honrad al Hijo para que no se enoje, y perezcáis en el camino; Pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en Él confían» (Salmos 2:10-12)
Miguel Angel Gomez 
David Vergara