Cortés y Kaká... Ciudadanos del Cielo
22 - Julio - 2009

A la izquierda Kaká, a la derecha Cortés

     Dos cristianos evangélicos son noticia por el impacto de su testimonio en la sociedad. Tienen una misma fe, un mismo Dios, pero han vivido dos experiencias completamente diferentes…

     Uno de ellos es el futbolista Kaká, flamante fichaje del Real Madrid y esperanza para desbancar al Barça del triplete. Además de su indiscutible talento, el jugador se caracteriza por llevar una vida sin escándalos, dedicado al trabajo y a su familia, impresionando al mundo al enseñar una camiseta con el lema: “Yo pertenezco a Dios”. Su forma de vida confirma las palabras del seleccionador brasileño Parreira sobre los deportistas evangélicos: “En general, son jugadores más educados y de actitudes más positivas”.

     El otro es el pastor evangélico Juan José Cortes, que presenta el 25 de julio en Jerez el libro “Ciudadano Cortés”, de Luz Sánchez –Mellado (ed. Plaza & Janés, 2009).

     Todos quedamos conmovidos por la tragedia que vivió la familia de nuestro hermano, cuando su hija Mari Luz, de seis años apareció muerta después de cincuenta y tres días de búsqueda. Sus palabras cuando fue descubierto el cadáver todavía impresionan por su equilibrio y dominio propio: “Solo pido justicia, no venganza. Han sido tan duros estos cincuenta y cuatro días que no le deseo ni uno solo a nadie, ni siquiera al asesino de mi hija”.

     El testimonio de estos dos hermanos en la fe me ha llevado a diferentes reflexiones sobre la vida cristiana que me gustaría compartir con vosotros.

     1) “ASÍ ALUMBRE VUESTRA LUZ DELANTE DE LOS HOMBRES”

Cortés y Kaká son dos personas que nadan contracorriente. Juan José Cortés es gitano y pertenece a una etnia cuya cultura practica la “ley del ojo por ojo”. Por eso causa más asombro su actitud en la que “no increpa, no culpa, no clama venganza. Pide calma, amparo, medios. Derechos”. Esta forma de actuar es aún más meritoria cuando analizamos los fallos judiciales que culminaron con su tragedia, “una increíble, sonrojante cadena de peripecias, demoras y errores judiciales abonó la tragedia”.

     El secreto de su actitud lo encontramos en su fe en Jesucristo. Un día asistió a la iglesia cristiana evangélica de Filadelfia y su vida cambió. Su conversión y nombramiento como pastor marcaron desde entonces su vida personal y familiar. Es su fe la que le ha mantenido entero durante la tragedia, “la fe es un arma poderosa y me ayudará a levantarme”.

      “Juan José Cortés es un ejemplo para todos. Para los gitanos, para los cristianos, y para toda la sociedad”.

     Kaká también es un bicho raro dentro de un deporte que se ha convertido en un negocio y cuyas estrellas se caracterizan por llevar vidas entregadas al lujo, la juerga y el desenfreno. Desde que llegó a España son muchas las bromas y burlas que hemos podido escuchar sobre aspectos de su vida como la decisión de llegar virgen al matrimonio. También se ha querido empañar su imagen con noticias sobre actividades dudosas de los pastores de la iglesia a la que asistía en Brasil. Pero, por encima de todo, la vida de Kaká y de otros futbolistas evangélicos es un ejemplo dentro del mundo del deporte. Hace algunos años, cuando el futbolista Valerón estaba en su mejor momento profesional, el periódico La Razón publicó un reportaje “El triunfo de los Atletas de Cristo”. El reportaje comentaba que el fichaje de un Atleta de Cristo: “es una garantía de tranquilidad y rendimiento por su carácter disciplinado y su compromiso con el club y su familia”. Son piezas codiciadas por “su baja conflictividad y sus altas obligaciones morales para con su empleador. Los clubes prefieren fichar a un “evangélico, amante de la familia” que a un “niñato indisciplinado y juerguista”.

     Creo que las vidas de nuestros hermanos son una demostración de lo que el Señor Jesucristo dijo en Mateo 5:16 “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”.

     Pero, cuidado, porque en cualquier momento puede haber un tropiezo y, al estar expuestos a la opinión pública, las repercusiones serán mayores: “el que piensa estar firme, mire que no caiga” (1ª Corintios 10:12).

     2) “NIÉGUESE A SÍ MISMO, TOME SU CRUZ Y SÍGAME”

     Cortés y Kaká tienen algo más en común además de su fe. Los dos son deportistas y sufrieron una grave lesión al comienzo de sus carreras. A partir de aquí, todo son diferencias.

     Kaká, con dieciocho años se fracturó una vértebra al golpearse con el fondo de una piscina y pudo quedarse parapléjico. “Me rompí la sexta vértebra, pero vi la mano de Dios”. Nadie podía imaginar que pocos años después sería nombrado el mejor jugador del mundo. Cortés también fue futbolista pero su carrera se truncó por una grave lesión, esta vez no hubo milagro, tuvo que retirarse.

     El futbolista Kaká vive un momento de éxito en su carrera deportiva, y no duda en afirmar que “La Biblia dice que la vida da más de lo que pedimos y a mí me ha ocurrido”. El pastor evangélico Cortés se retiró del fútbol por una lesión y en este último año ha vivido una pesadilla con la pérdida de su hija. ¿Quiere esto decir que Dios no está con Cortés y sí con Kaká?

     Creo que la respuesta la tenemos en la misma Palabra de Dios. El Señor no nos ha prometido una vida de éxito y riqueza en este mundo. Seguir a Jesucristo requiere estar dispuestos al sacrificio: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame” (Mateo 16:24). Como creyentes debemos estar preparados para dar gloria a Dios sea cual sea la situación que vivamos, cuando veamos milagros y bendiciones evidentes como ocurrió con Kaká o cuando vivamos situaciones terribles, cuando es difícil encontrar sentido a los que estamos viviendo, como es el caso de Cortés. La fe del cristiano es algo que tiene que estar por encima de las circunstancias, tanto las positivas como las negativas.

     Que nadie piense que por ser cristiano va a convertirse en una persona de éxito y fama como Kaká. Puede ser que lo que el Señor tenga preparado para tu vida sea una experiencia dolorosa como la de Cortés, no lo sabemos, pero sí que tenemos que ser conscientes de que Él es soberano, nos ama y quiere lo mejor para nosotros. Esta confianza nos ayudará a tener la misma actitud que el apóstol Pablo en Filipenses capítulo 4 :“he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación”. Si vivimos “en abundancia” demos gracias al Señor porque todo viene de Él y démosle gloria y honra administrando lo que nos ha dado. Si nos toca vivir en “escasez” (no sólo en lo material), confiemos en que con su ayuda podremos superar la prueba y darle también gloria y honra porque “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.

     Si siguen fieles al Señor, sea cual sea su situación, Cortés y Kaká seguirán nadando contracorriente porque son “ciudadanos del cielo” que, al igual que Abraham, esperan “la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios”.

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